Realidad, desde antes del alba y después del atardecer
Gerardo R. Herrera Huízar
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Puede atribuirse a la atonía gubernamental, que no convence, trátese de asuntos internos o externos, de efectividad en sus políticas y acciones, por más…

Imagen: World Economic Forum.
Imagen: World Economic Forum.

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CATEGORÍA: Opinión | Poliedro | Política


Por más que se reflexiona, las ideas conducen a un mismo sitio, recurrente, repetitivo, autorreferente, monótono.

Y no es que no pase nada, que todo esté tranquilo, estático. Por el contrario, el ambiente está revuelto, confuso y amenazante. La monotonía reside en la permanencia de un estado de cosas que nos sorprende todos los días con el mismo tema, con la misma angustia, con el mismo temor que la mañana previa, con las mismas justificaciones, los mismos calificativos, los mismos vituperios. Lo único que cambia, cuando se da el caso, es el destinatario.

La vida de México, al menos la que se refleja en la abundante cantidad de transmisiones noticiosas por radio, televisión, páginas de Internet o redes sociales se ha vuelto abrumadora y, paradójicamente, vacía.

La reverberación de las noticias de un espacio noticioso a otro no hace otra cosa que redundar en el tema impuesto desde muy temprano y desde el augusto corazón de la patria que, para efectos prácticos, carece de novedad, pero se erige monopólico, tan sólo matizado con el particular estilo del conductor respectivo, en los ojos, oídos y mente del frágil auditorio, sujeto obligado de todo tipo de estímulos, positivos y negativos, que parecen dictados por una agenda preestablecida que les resta fuerza, interés y originalidad.

Aunque la dinámica nacional se percibe activa, todo tratamiento mediático resulta circular, redundante y por lo reiterativo, monótono.

bienestar social
Imagen: El País.

Puede atribuirse esta circunstancia a la ya muy bien instalada pandemia que nos ha confinado y que se ha vuelto tan familiar que ya la adoptamos, con todo y su cauda de muerte y dolor, como alguien de casa.

Puede atribuirse a la atonía gubernamental, que no convence, trátese de asuntos internos o externos, de efectividad en sus políticas y acciones, por más que se magnifiquen los aciertos y se menosprecien o refuten los desaciertos y la crítica.

Para aquel que vive el día a día sin mayores pretensiones y que por lo mismo su circunstancia le obliga de manera natural a ser objetivo, el discurso no casa con la realidad, una realidad que le muerde y desanima, le atemoriza y tortura cotidianamente, desde antes del alba y mucho después del atardecer. 

Lo siente en la carne, en la mesa y en el bolsillo, igual que millones de mexicanos esperanzados, a los que se suman, a pesar de la estadística y los magros subsidios, día con día, nuevos pobres.

Violencia, inseguridad, angustia, corrupción, justificaciones, necedades y ocurrencias son el patrón que domina la escena.

hopeless
Imagen: Help4Totay.

Poco o nada venturoso nos visita con cada nuevo amanecer, la agenda es la misma de ayer, con sus matices y peculiaridades, pero sin cambios en la ruta trazada para cada jornada, no se le moverá una coma. La realidad se ajustará al discurso optimista, en el cual siempre iremos bien, ¿cartucheras al cañón!, porque si la realidad se opone al dictado, la que perderá será la necia realidad.

Bajo las condiciones actuales parece que no hay mucho que esperar de bueno que no sea la continuidad, al menos estable, y no se empuje al deterioro.

La coyuntura es crítica y la disociación de la realidad patente, pero ésta nos acompaña desde antes del alba y mucho después del atardecer.

*grhhuizar@gmail.com

@HHuizar58

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