Con el recuerdo aún fresco en la memoria, de la gran faena de José Tomás el 12 de diciembre pasado, al buenísimo Brigadista de la ganadería de Jaral de Peñas, tanto con el capote en los lances iniciales; luego en el quite por gaoneras ceñidas y estrujantes; y posteriormente verle tejer la faena más seria que se haya realizado en los últimos años en La México, bordada en el centro mismo del ruedo, con el temple, la cadencia y la pierna del cite firme en el ruedo, para así burlar la noble embestida del bien presentado bovino, llevándolo hacia la cadera para despedir los muletazos, prolongándolos.
Entonces, llegamos a La México, para ser testigos de la lidia de los toros de José María Arturo Huerta, para el rejoneador Andy Cartagena y los de Torreón de Cañas, para Fermín Rivera y Juan Pablo Sánchez.
La ganadería de Torreón de Cañas merece una congratulación, porque en su presentación en La México con cuatro toros, las hechuras fueron tales, que el público las aplaudió en su salida al ruedo lo cual no es muy común en La México, tres toros del encaste Jandilla y el último para Juan Pablo Sánchez, de la línea San Mateo, proveniente de Jaral de Peñas y San Miguel de Mimiahuapam, todos en su morfología, de un trapío ejemplar.
Luego ya vendría su lidia y el mejor fue el primero del lote de Fermín Rivera un toro de pinta aldinegra, bragado, pero que vino a menos después de las tres primeras series de muletazos del torero potosino, que si bien siempre luce por su clásica manera de interpretar el toreo, el domingo 17 de diciembre no fue su día en la suerte suprema, tanto fue así, que en el segundo de su lote escuchó los fatídicos tres avisos para tener una tarde gris para su cuenta.
Andy Cartagena hacía más de 16 años que no actuaba en La México y reapareció con la variedad que le caracteriza luciendo su monta que incluye piruetas y caminar en dos patas de sus cabalgaduras, una cuadra muy completa que le permite en España ser del grupo de los que se codean con Pablo Hermoso y Diego Ventura entre otros que dan vida al rejoneo en Europa, los dos toros que le tocaron de Pepe Huerta, pero en especial el segundo de nombre Cinco Jotas, fue emotivo y a pesar de fallar en la suerte final, el público en recuerdo de su buen quehacer en el ruedo, exigió un trofeo que fue a su espuerta.
Para cerrar, cabe resaltar la actitud del torero de Aguascalientes con dos toros de Torreón de Cañas, el primero que se quedaba corto y el segundo, que fue desarrollando sentido, para que con convicción, se jugará la piel Juan Pablo, arrancando materialmente muletazos, en los que brilló por el sentido del temple que atesora, arriesgando en todo momento a sufrir un percance del cual se libró afortunadamente.
Cabe resaltar la ejecución de la suerte suprema en su primero. Una gran estocada. Por ejecución y colocación, un pelín desprendida. Necesitó del verduguillo. Pero no restó para que además por el gran esfuerzo y la firmeza con el capote y la muleta, el público que acudió en magro número, pidiera para él la oreja justo premio a su buen quehacer taurino.
Salió pues avante el torero de Aguascalientes en tarde en que recordamos a quién hizo el paseíllo a la eternidad, su paisano Fabián Ruíz, torero que entre otras hazañas lidió un descomunal toro de La Punta en su tierra de 736 kilos al que por una gran estocada recibiera una oreja y que nos deja para el recuerdo la afabilidad de su sonrisa y su saludo franco.
Juan Pablo Sánchez se ha ganado con creces una nueva oportunidad en la Temporada Grande que continuará, el próximo lunes 25 de diciembre con toros de Rancho Seco para Fabián Barba, Antonio Romero y Gerardo Adame en la que celebraremos taurinamente, la Navidad.