En este artículo no me quiero meter a datos y cifras duras sobre el tema del empleo y desempleo en México y en el mundo, lo quiero hacer desde una perspectiva mucho más holística y conceptual.
¿Qué se está haciendo bien y qué estamos haciendo mal en relación con la generación de empleos desde la perspectiva de los gobiernos, de las empresas, desde los organismos internacionales, tipo la Organización Internacional del Trabajo, desde el punto de vista sindical, desde el quehacer de las universidades o centros de preparación técnica?
Tengo la sensación de que se habla mucho del tema y se está haciendo muy poco al respecto, o bien, se está atacando el problema de forma equivocada.
Trabajo con muchas empresas anualmente y tengo la impresión de que no están atajando de una manera correcta el tema de las múltiples generaciones en el centro de trabajo. La mayor parte de las empresas, sin importar su antigüedad, están atendiendo el tema del empleo como se hacía a finales del siglo XIX o principios del XX; hay que pagar un salario (término que de por sí es ofensivo y habla de una forma “antigua” de entender el mundo del trabajo de hoy) o un sueldo, más dar prestaciones y beneficios, lo más apegados posibles a lo que marca la ley federal del trabajo de cada país.

En el mundo laboral de hoy, hay cuando menos tres generaciones participando en muchas de las empresas, los Baby Boomers (personas de 60 a 80 años más o menos, que claramente vamos de salida), integrantes de la Generación “X” (personas de 60 a 40) y los miembros de la Generación de los Millennials (40 a 20 años). Dije que no me metería a datos, pero aquí sí vale la pena hacer una anotación. Según la OIT y otras fuentes más o menos la fuerza laboral mundial se divide así:
2% son personas que están en la Generación de los tradicionalistas (80 o más años).
29% son Baby Boomers.
34% son Generación X.
34% son Generación Millennials o Milenio.
1% son Generación Z, personas de menos de 20 años.
Está claro que cada día más y más empresas y organizaciones en el mundo serán dirigidas por personas de la Generación Millennial, que compartirán estas posiciones con los de la Generación X y los de mi generación saldrán, poco a poco, aunque mucho más lento que lo que lo hicieron los de la generación de los tradicionalistas. En esta lógica, las empresas y las organizaciones, en general, deberían preguntar a sus empleados ¿cómo se deberían gestionar HOY y en el futuro cercano todos los temas de recursos humanos? Hacer un alto en el camino y empezar desde cero, partiendo de que existe una normatividad general que hay que respetar, que es lo mínimo. ¿Y de ahí qué hacemos?, ¿están bien los horarios?, ¿tienen lógica?, ¿podemos trabajar con otros horarios?, ¿podemos o mejor aún debemos ser más flexibles?, ¿tiene sentido tener horarios?, ¿trabajamos desde casa, en la oficina, de forma híbrida?, las prestaciones y beneficios que están recibiendo, que les estamos otorgando ¿tienen sentido?, ¿les hacen sentido?

Es obvio que si vamos a trabajar de forma híbrida, como parece ser que lo harán la mayor parte de las empresas y organizaciones alrededor del mundo, es necesario cambiar las prestaciones y los beneficios cuanto antes. A finales de los años 90 y principios del milenio, al menos en México, con la hostilidad de la SHCP y del SAT, las empresas nos pusimos creativas e inventamos muchas fórmulas para dar más efectivo a nuestros colaboradores y lo logramos de forma maravillosa. Se hablaba de “cafetería de prestaciones y beneficios”; pues hoy creo que resultaría muy útil volver a ese concepto.
Si las empresas y las organizaciones no entienden que se tienen que adaptar y rápido a lo que las nuevas generaciones quieren para trabajar con ellos, perderán a muchos colaboradores valiosos; como ya está pasando en mercados laborales sofisticados o de primer mundo, léase Europa y Estados Unidos, donde los jóvenes de 40 y menos están renunciado a sus maravillosos puestos de trabajo a cambio de más flexibilidad. El sector financiero americano, en ciudades como Nueva York y Boston, está perdiendo a miles de colaboradores porque simplemente no aceptaron volver a sus centros de trabajo a trabajar de forma permanente en una oficina.
Cambio radicalmente de tema, pero sigo hablando de empleo. ¿Por qué en Estados Unidos, en Europa y en México –que es de donde tengo información– los puestos de trabajo de bajo nivel no están siendo ocupados? El primer argumento, y que compro, es que los apoyos que dan los gobiernos hacen que, a los jóvenes, principalmente, no les resulten atractivos estos puestos. La diferencia entre lo que reciben por no hacer nada o muy poco y lo que implicaría tener un trabajo con bajo salario garantizado, horarios fijos y a veces mal planeados, un mal jefe, malas prestaciones y beneficios o “las de Ley”, pésima capacitación y muy poco desarrollo. La respuesta de algún simplista sería “que los gobiernos dejen de dar esos apoyos” y mi pregunta sería: ¿realmente creen que los jóvenes se van a desbordar buscando esos trabajos formales sino hay apoyos o subsidios gubernamentales? Les respondo desde ya que eso no va a suceder. Porque antes de buscar un trabajo formal, los posibles candidatos verían opciones en el mercado informal, se convertirán en emprendedores o tomaran algún mal camino. ¿Qué tiene que pasar? Los empleadores tienen que cambiar su lógica de cómo contratar a estos posibles candidatos de forma radical.

Un tercer tema que quiero poner sobre la mesa es que las universidades y, en general los centros de educación superior o media técnica, no están dando al mercado laboral lo que éste demanda. Les comentaba en un artículo anterior que, según la encuesta de Manpower, alrededor del 70% de los directores piensan que los empleables que hay en la calle no satisfacen las necesidades de contratación de las empresas porque no tienen lo quequieren o piden requisitos que no tienen sentido: “persona de 40 años con 20 años de experiencia en…”. A veces los anuncios parecen hechos de forma irónica o por un estúpido.
Un cuarto tema; cada día hay más jóvenes –a nivel mundial– que están emprendiendo porque las empresas no satisfacen lo que ellos quieren. Si bien hoy tenemos un mercado de empleadores, los empleables se están revelando y no se están yendo, corriendo a las grandes firmas o compañías a las que antes buscaban con devoción. Además, hoy hay una gran cantidad de nuevos jugadores que están demando a las personas más calificadas, ofreciendo condiciones contractuales más modernas e interesantes.
El mercado laboral ha cambiado radicalmente en los últimos años y las empresas no lo han entendido. Viven quejándose que “los jóvenes no quieren trabajar”, que “no se comprometen” o usando estos argumentos victimizantes; son muy críticos de las nuevas generaciones, cuando lo que deberían preguntarse es: ¿Qué tengo que hacer para ser un empleador atractivo?
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este es un artículo que crea consciencia! Es imperativo entender y responder a las necesidades generacionales.