No son suficientes los museos, la calle, las galerías, ahora el artista brasileño Eduardo Kac, quiere “exponer” su obra en el espacio exterior. La obra consiste en lanzar en órbita un holograma y eso, “iluminado con un láser” lo veremos, no sabemos desde qué puntos. Con la especulación de que existe vida en otros planetas, los alienígenas no sólo han sido personajes de novelas, comics, películas y habitan en nuestro inconsciente colectivo, además son una religión. Me imagino que estarán “muy pendientes” de esta supuesta obra de arte.
El espacio, esa masa negra, infinita, sin tiempo ni distancia, debe estar harto de nosotros, de nuestro tiradero de objetos que se quedan allá, flotando como la basura que arrojamos al mar y los ríos. Se supone que un dios monoteísta y falocrático nos lo otorgó a perpetuidad, entonces nos damos el lujo de aventar allá hasta las ocurrencias de los artistas VIP. Lo usamos para espiar, para telecomunicaciones, los millonarios, que no saben cómo presumir su dinero, lanzan cohetes que, además, reafirman su masculinidad, según el tamaño de la nave.
Los alienígenas, que me parece posible que existan porque es absurdo creer que somos únicos y privilegiados, deberían de demandarnos por nuestra compulsión megalómana contaminante. Ellos deben ser más inteligentes porque no envían satélites, ni cosas que después se descomponen y se quedan allá flotando. Esa obra no tiene garantía de que vaya a funcionar, si falla, ni manera de repararla, como las obras electrónicas de los artistas VIP que, en las ferias de arte y los museos, sirven sólo en la inauguración, y después nada.
Moon Museum fue la primera obra de arte en la Luna, en 1960 llegó atada en la pata del Apollo 12, era una plaquita con dibujos de Warhol, Rauschenberg y varios artistas de la época. Como podemos ver, ya pasó al olvido. En febrero del 2023, el artista Sacha Jafri, envió una placa de oro a la Luna con la imagen grabada de una mujer, un hombre y 88 corazones, dice que ese material soporta la atmósfera y las condiciones climatológicas. La obra significa la “esperanza de habitar con amor este y otros mundos”, es decir es un mensaje en favor de la procreación. ¡Habitar otros mundos con más humanos! Este ya está saturado y el artista propone que contaminemos otros planetas y satélites, incluyendo la Luna. La NASA, que están muy “ocupados”, se encargaron del lanzamiento.
Los avances de la ciencia y la tecnología tienen su propia ruta y búsquedas, estas obras de “arte” y las naves de los millonarios, son diversiones frívolas, no aportan belleza, conocimiento o significado, son la penosa confusión del impacto con lo extraordinario, lo costoso con lo valioso, no es trascendencia, es instante. Esas personas no desean habitar otros mundos, desean aparecer en el récord Guinness, en las redes, alcanzar la fama con extravagancias ociosas.
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