¿Hacia dónde vamos en educación?
Roberto Arriola García
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Cuando hablamos de los problemas nacionales en México, un lugar común es mencionar a la educación como el origen y destino para resolver todos los pesares de nuestro país. Por ello, de cuando en cuando…

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Cuando hablamos de los problemas nacionales en México, un lugar común es mencionar a la educación como el origen y destino para resolver todos los pesares de nuestro país. Por ello, de cuando en cuando, es conveniente regresar a los datos y ver cómo andamos en el tema.

No hay mejor recurso que la revisión de los resultados de la Encuesta Intercensal puesta a disposición por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) con información de 2015, y compartida por Parametría, para saber dónde está situado el país en materia educativa.

La buena noticia es que México mejora

Los datos nos muestran que el porcentaje de población en edad escolar ha aumentado; que el promedio de años de escolaridad crece consistentemente; que el porcentaje de analfabetismo disminuye; y que las mujeres mejoran su desempeño en cuanto a alfabetismo frente a los hombres.

En términos internacionales, recurriremos como referencia válida a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la cual México es miembro desde 1994, que tiene el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés). La referencia es relevante toda vez que el programa tiene por objetivo evaluar qué tanto los alumnos cercanos al final de su educación obligatoria han adquirido los conocimientos y habilidades necesarias para su participación en la sociedad. En otras palabras, la prueba PISA nos da una idea de la calidad y efectividad de la educación que están recibiendo los estudiantes en áreas como ciencias y lectura.

En este contexto vale la pena mencionar que México se sitúa por encima de países emergentes como Brasil (407) y Argelia (357). Destacando que las niñas superan a los niños en lectura por 16 puntos en promedio.

La tarea escolar pendiente

La educación es un eficaz instrumento de movilidad social entre las capas socioeconómicas, pero también debe ser un medio para disminuir la desigualdad entre las regiones del país. Actualmente es evidente que los números entre las entidades del país no son homogéneos. Los estados que presentan las cifras más bajas de niños y niñas en las escuelas –entre 93% y 95.9%‒ son Chihuahua, Jalisco, Colima, Michoacán, Guanajuato, Guerrero, Puebla, Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Campeche. La encuesta arroja que los municipios con la menor cantidad de población en escuelas son Riva Palacio (Chihuahua), San Simón Zahuatlán (Oaxaca) y Batopilas (Chihuahua). En contraste, existen estados que presentan una población de niños entre 6 y 14 años mayor al 97% en las escuelas, estos son: Baja California Sur, Sinaloa, Nuevo León, San Luis Potosí, Querétaro, Hidalgo, Estado de México, Ciudad de México y Yucatán. Como se observa las regiones centro norte y centro sur son las que concentran más niños y niñas en el aula, a diferencia de los estados ubicados en el occidente y suroeste del país.

Por otra parte, si bien es cierto que el promedio de escolaridad ha aumentado con el tiempo, para 2015 el promedio fue de 9.1 años, 0.5 puntos más que en 2010. Esta escolaridad equivale a secundaria concluida. Un nivel notoriamente insuficiente para la creciente sofisticación industrial y de servicios que demanda el mercado laboral.

Sin embargo, para bien y para mal, la escolaridad promedio no refleja la realidad nacional por estado o por regiones. Este índice también presenta diferencias entre los estados de la República. La Ciudad de México lidera con la mayor cantidad de años de escolaridad en el país (11.1), en segundo lugar, está Nuevo León (10.2) y Sonora (10). Con una diferencia de 3.9 años de escolaridad respecto a la Ciudad de México, está Chiapas que ocupa el último lugar (7.2), seguido de Oaxaca (7.5) y Guerrero (7.7).  Estos estados coinciden con las zonas con menos cantidad de niños, entre 6 y 14 años, que asisten a la escuela.

También, pese a los avances del alfabetismo, en 2015 existían 644,608 personas que aún no sabían leer ni escribir. Ahora no hablaremos del analfabetismo funcional que merece una colaboración aparte, pero hay que ver la calidad de escritura que tenemos en general.

Y finalmente, en términos internacionales, queda claro que los resultados promedios obtenidos por los estudiantes mexicanos (423 puntos) son, si bien similares a economías emergentes comparables, se sitúan por debajo de la media de los países de OCDE (493) y muy por debajo de los países desarrollados que encabezan la lista como Japón (503) y Finlandia (526).

Mensajes clave

  • Los datos nacionales muestran un país que avanza en alfabetismo y escolaridad, pero con notables contrastes entre los estados del país. Chiapas, Oaxaca y Guerrero son las entidades con menos avance en educación.
  • La educación está entregando dividendos al favorecer una mayor equidad de género. En particular las niñas y mujeres parecen estarse aplicando para mejorar su competitividad social y laboral por la vía de los estudios acreditados.

La educación y el ambiente escolar son centrales para el bienestar de nuestra población. Los adolescentes que se sienten parte de una comunidad escolar y disfrutan de buenas relaciones con sus padres y maestros son más propensos a desempeñarse mejor académicamente y tener una mayor calidad de vida integral.

Saber lo anterior sobre la educación, nos permite confirmar que invertir en ella es un camino cierto para lograr… Vivir con Sentido.

Fuentes:

Secretaría de Educación Pública (SEP). Nuevo Modelo Educativo.

INEGI. Encuesta Intercensal 2015.

OECD. Programme for International Student Assessment 2015 (PISA).

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