El destino de México que sí podemos cambiar
Alejandro Zertuche

Observador Auto-Referente

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¿Pasa por la mente de los mexicanos si podemos tener un futuro mejor? Me parece interesante observar cómo se vincula el futuro del país con el resultado de la encuesta de la OCC Mundial que nos regala una fotografía…

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CATEGORÍA: Opinión


¿Pasa por la mente de los mexicanos si podemos tener un futuro mejor? Me parece interesante observar cómo se vincula el futuro del país con el resultado de la encuesta de la OCC Mundial que nos regala una fotografía que registra 75% de los trabajadores en México que no están contentos con su situación laboral.

Dicho estudio indica que entre las razones que más obligan a las personas a declinar ante una oferta laboral se destacan los malos ambientes de trabajo, la falta de prestaciones y altos niveles de estrés. Por otro lado, aunque muchos de los entrevistados buscan flexibilidad y satisfacción emocional en una empresa, el factor más relevante a la hora de elegir un empleo es el salario.

Imaginémonos que tenemos en México un 75% de personas insatisfechas con lo que hacen en su trabajo durante ocho horas diarias. Esto es realmente preocupante. Queda claro que el gran reto para las empresas no está sólo en su crecimiento de ventas y utilidades, sino en voltear a ver a su gente con el fin de cambiar esta constante de descontento y así lograr que la productividad se incremente en todos sentidos.

Por supuesto que todo esto se convierte en un caldo emocional que podemos ver claramente en los comportamientos de las redes sociales. Aunque pudiéramos decir que esta práctica diaria de quejas, discusiones o chismes sirven de apoyo para sacar esas emociones, lo que verdaderamente está sucediendo es que sólo ayudan momentáneamente, y lo que sucede realmente es que se crean entornos para generar nuevos paradigmas de comportamientos que no permiten avanzar como individuos y como nación.

Aburrimiento laboral
Imagen: Noticias – ELTIEMPO.COM.

Estamos viviendo las experiencias perfectas para darnos cuenta que no vamos a donde quisiéramos ir. ¿Cómo vamos a invitar a los mexicanos a la acción civil o a intentar un cambio para mejorar nuestro país, si al salir de su trabajo la mayoría busca libertad para su vida? Es muy interesante observar que al final, esta libertad busca distracciones para intentar alejarse de las emociones y miedos que se experimentan día a día. En realidad, no nos damos cuenta de que las distracciones no nos permiten aprender a reconocer lo que estamos viviendo, dejándonos de nuevo en donde mismo.

¿Estarán conscientes los líderes empresariales y políticos del trasfondo de esta situación que muestra una enfermedad de impacto colectivo? No se trata de hacer programas de “employee engagement” para que estén más conectados en las empresas, o promesas para un mejor país de parte de nuestros gobiernos. Esto involucra al ser humano y a todo lo que le rodea. Lo que se requiere son acciones conscientes para atenderlo y resolverlo.

Si entendemos que nuestro pasado es la única causa de lo que hoy vivimos, podremos comprender qué hacer en el presente. Por lo tanto, aunque las experiencias pasadas nos tengan preparadas las posibilidades de destino de acuerdo con lo vivido, tenemos siempre la voluntad de decidir en cada momento lo que podemos hacer para cambiarlo. Esto, desde lo individual de una forma consciente, se convierte en un camino de nuevas posibilidades que podemos sumar en lo colectivo para México.

Desidia laboral.
Fotografía: Emprendedores News.

Dejar al ser humano a un lado puede convertirse en la bomba que detone un inconsciente colectivo que, por un lado, no nos permita avanzar hacia un nuevo destino, y por otro, nos siga llevando a vivir las mismas experiencias una y otra vez porque no hemos aprendido de ellas.

Al día de hoy muy pocas empresas están atendiendo esta situación de forma consciente. De igual manera es clara la ausencia de políticos interesados por comprender al ser humano. Posiblemente lo que nos propone nuestro Presidente, tiene de trasfondo algo de esto al pensar primero en el bienestar de la mayoría de los mexicanos. Sería bueno para México observarlo como una oportunidad de cambio poniendo al ser humano en el centro de la estrategia y ver cómo podemos participar cada uno para hacerlo realidad.

En cualquier tipo de proyecto, ya sea en empresas o en el gobierno, deberemos estar abiertos a cambios y mejoras durante el camino para lograrlo. Hasta hoy no lo hemos hecho, y por lo tanto nadie puede defender el cómo hacerlo mejor. Los resultados de la encuesta de la OCC Mundial para las empresas y la poca participación ciudadana en México lo demuestran.

No se trata de buscar responsables de los hechos, sino responsables de lo que tenemos que hacer. Esos responsables somos todos. Al final, obtendremos lo que vayamos creando, ya sea desde nuestro inconsciente lleno de ambición, miedos y emociones, o desde una voluntad consciente para cambiar nuestro destino. Es cuestión de cada uno preguntarnos: ¿de qué lado queremos vivirlo?

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