Ellos se ríen de mí porque soy diferente.
Yo me río de ellos porque todos son igualitos.
Anónimo.
A dos años de la entrada en vigor del Acuerdo Transpacífico (TPP-11), los resultados no han sido halagadores y sí terriblemente desastrosos para México.
Esta situación tiene una larga historia con base en un liberalismo dogmático, en el enorme desconocimiento de la operación real del comercio internacional y del comercio exterior mexicano, en una extraordinaria improvisación y en la inmensa irresponsabilidad que exhibieron los funcionarios mexicanos, pues la negociación de dicho acuerdo pareciera que se realizó sin tener en cuenta los numerosos antecedentes en que los resultados ya arrojaban cifras sumamente negativas para nuestro país.
En el período 1993-2013, las exportaciones mexicanas a esos mercados habían registrado muy reducido dinamismo debido a la decreciente competitividad de nuestro marco sistémico, lo que incidió grandemente en la debilidad de la oferta exportable, misma que se manifestó en un crecimiento de las exportaciones mexicanas de sólo 1,768 millones USD, en tanto que las importaciones procedentes de ese bloque se habían incrementado en 7,680 millones USD.
Como consecuencia de este enorme desequilibrio, la exportación total de México en el periodo fue de 17,731 millones USD, en tanto que la importación total fue de 89,134 millones USD, con un déficit de -71,403 millones USD y una tasa de cobertura de 20%.
Conviene señalar que, en el año 2012, el Doctor Francisco de Rosenzweig Mendialdúa, subsecretario de Comercio Exterior, manifestó que promovió la participación de México en el TPP “porque México no podía quedar al margen del proyecto de comercio exterior más grande del mundo”, a pesar de que los números ya mostraban las nulas condiciones y posibilidades de México para participar adecuadamente en ese proceso de “integración”, ya que, en ese año, último del sexenio de Felipe Calderón, con el Doctor en Derecho Canónico, Bruno Ferrari, como secretario de Economía, México ocupaba el peor lugar en competitividad de su historia, ubicándose en la 66ª posición mundial.
Ese mismo año, México reafirmó su mediocre posición como 15ª economía mundial, después de que en 1981 había logrado ubicarse en la 8ª lugar, situación que, nuevamente, había logrado en el año 2000. Conviene señalar que del 2009 al 2019, permanecimos en la 15ª posición, sin embargo, en el 2020 caímos hasta el recóndito 16º lugar.
Las pésimas condiciones del marco sistémico mexicano se manifestaban claramente en la enorme debilidad que presentaba la planta productiva nacional y la oferta exportable en comparación con los países que serían sus “6 nuevos socios”, debido a que en el año 2012 el número de productos mexicanos que eran objeto de exportación hacia ese bloque ya acusaba los terribles problemas estructurales que padecíamos y que, desgraciadamente, en la actualidad vemos agravados.
En 2012, la exportación mexicana a esos países estuvo constituida por 6,242 productos, de los cuales 2,360 eran productos netamente mexicanos (37%), en tanto que 3,882 (63%) eran productos IMMEX, es decir, productos fabricados teniendo como base la importación temporal de insumos para ser reexportados con reducido valor agregado en nuestro territorio.
La importación procedente de esos países fue de 19,624 productos; 10,773 correspondieron a Importación Definitiva y 8,851 de Importación IMMEX.
Conviene señalar que, a partir del año 2013, la Secretaría de Economía se negó a proporcionar la información estadística correspondiente a los diversos agregados de la exportación, motivo por el cual en este documento incluyo los últimos datos de los que dispongo.
Durante los cinco años que duró la negociación del TPP-11, México tuvo un muy ligero incremento en sus exportaciones a esos países mismo que alcanzó la cifra de 999 millones, en tanto que la importación procedente de los mismos se incrementó en 6,784 millones USD. Como consecuencia de este enorme desbalance, en ese corto periodo acumulamos un déficit de -55,446 millones USD, con una tasa de cobertura de sólo 19%.
Para los dos primeros años de vigencia del TPP-11 se presenta un ligero cambio negativo para México, porque en este período las exportaciones mexicanas registraron un decremento acumulado de -1,359 millones con respecto al año 2018, en tanto que las importaciones se incrementaron en 4,931 millones USD.
Como consecuencia, en sólo dos años se presenta un incremento muy importante del déficit, ya que en el año 2018 fue de -14,410 millones USD, en tanto que para el 2019 fue de -17,602 y para 2020 de -17,508 millones USD, es decir, en los dos años de “operación” del TPP-11, acumulamos un déficit de -35,110 millones USD.
Comentarios
Desde el momento en que se anunció que México participaría en las negociaciones del TPP-11, manifesté mi total desacuerdo y oposición señalando que era un Acuerdo del cual tampoco tendríamos ganancia alguna debido a la nula competitividad del marco sistémico en el que tiene que trabajar la planta productiva nacional, ya que en los 27 años más recientes hemos carecido de una política de fomento, de competitividad y comercio exterior.
Sin embargo, para nuestros altísimos funcionarios, bastaba con abrir la economía y desgravar unilateralmente para lograr la ansiada competitividad, porque eso haría que los precios internos se ajustaran con los del exterior, situación que era y resultó ser una quimera muy perjudicial para la planta productiva nacional. Con esa falacia, lo único que se creo fue una competencia desleal para las empresas mexicanas que tienen que trabajar con insumos, así como con costos de servicios principalmente suministrados por el sector público, muy elevados.
Conviene señalar que, de las 140 variables que miden la competitividad de México con esos países, sólo tenemos ventaja en 18 y total desventaja en 122. Hay que hacer especial referencia a las variables relativas a la calidad de las instituciones públicas y sus agregados, ya que el Foro Económico Mundial nos otorga una pésima calificación.
También se careció de una estrategia de promoción de la exportación y de la inversión extranjera directa, con programas, proyectos y políticas públicas realistas que permitieran, a las empresas mexicanas, aprovechar las oportunidades que presenta el mercado internacional, debido a lo señalado anteriormente, en relación con la calidad de las instituciones públicas y sus funcionarios.
Asimismo, enfaticé el grave error que representaba la participación en el TPP-11 porque nos iba a enfrentar con países que eran nuestros competidores directos en procesos de manufactura que tradicionalmente realizábamos, y en los cuales éramos líderes en la exportación, pero que ahora ya no producimos, sino que los importamos precisamente procedentes de esos países.
Desgraciadamente, los negativos resultados que vaticiné en relación con el TPP-11, en sólo dos años de su operación ya los estamos viviendo y sufriendo, sin que haya a la vista una posible mejora de la situación por las condiciones domésticas que cada día resultan más difíciles, independientemente de los problemas generados por la pandemia.
Peor aún es que, nuestros altísimos funcionarios, ahora ya nos están “dorando la píldora”, por no decir “amenazando”, con la incoherente firma adicional de TLC’s con Brasil, Turquía, Jordania y Corea, entre otros, sin que haya una posibilidad real de aprovecharlos, como tampoco ha sido posible hacerlo con los 54 países con los que han firmado este tipo de acuerdos hasta la fecha.
En el año 1993 registramos déficit con 29 de los países con los que hemos firmado un TLC, por un total de -10,554 millones USD; para el año 2020, el déficit fue con 35 países por -52,188 millones USD; y para el período 1993-2020, con 38 países por un total de -948,385 millones USD.
Por lo que se refiere a los países con los que no hemos firmado TLC alguno, la situación también es negativa, pues la desgravación unilateral realizada por los teóricos y funcionarios mexicanos encargados del comercio exterior ha propiciado una competencia desleal para la planta productiva nacional.
Esto se refleja en el creciente déficit que también registramos con ellos y que, en el periodo 1993-2020, alcanzó a 113 países por un total de -1,402,179 millones USD.
Tomando en cuenta todos los países, el déficit en este período fue de -2,350,564 millones USD con 151 países, de un total de 234, es decir, con el 65% de los países, islas o territorios que integran a la comunidad internacional.
Referencias:
Funcionarios mexicanos en la Luna.
México y el TPP-11: Crónica de un desastre anunciado
México: los funcionarios no entienden el Comercio Exterior
México: Inversión Extranjera, Kafka y la Luna
El contenido presentado en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente representa la opinión del grupo editorial de Voces México.
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