En la Plaza de San Marcos me encontré a más de 10 adolescentes practicando lances y pases con capotes y muletas, mientras los maestros Manolo Arruza y Héctor de Granada iban bordando embestida tras embestida con encornaduras en las manos, derrotando con experiencia, clamaba Manolo mientras embestía a la muleta. “No te distraigas. Acuérdate que soy como los toros: vengo templado, pero a la menor distracción, te llevo por delante”.
Algunos de los nombres son: Javier Castro, Héctor Gutiérrez El Gufi, Alexis Garay, Nicolás Gutiérrez El Cubitas, quién ya triunfó en Arroyo el año pasado; Rodolfo Mejía El Tuco, quien salió a hombros en las novilladas de selección que dio la empresa que gestiona Ricardo Sánchez previo a la Feria de San Marcos de este año; Rafael Reynoso, Diego Emilio Rangel, Efrén Rosales Manolete, quien toreó en la novillada de la Feria de San Marcos y recibió dos orejas de un novillo de regalo; Jorge Salvatierra, Abraham Veloz y Diego Sánchez, hijo de Luis Fernando Sánchez, y que también tuvo una gran actuación en Arroyo el año pasado.
Da gusto relatar esto que, se anticipa, rendirá frutos para el toreo de México en una etapa que presagia su renacimiento; en especial en un estado tan taurino encabezado por su gobernador, el ingeniero Carlos Lozano de la Torre. Por su parte Espectáculos Taurinos de México, auspicia la escuela y toma en serio el profundo significado que la tauromaquia representa para los aficionados.
Tiempo al tiempo. Ya les platicaremos de los resultados de este notable esfuerzo del toreo de México.
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