Está el gusto. Los aficionados mexicanos nos congratulamos con la variedad de orígenes de los toros de nuestro país y por eso la corrida del domingo pasado en La México con toros de origen San Mateo para el rejoneador Leonardo Hernández y los de origen Atanasio Fernández para Mario Aguilar y José Mauricio de Barralva mantuvieron nuestra atención durante su lidia.
Los de origen san mateo en particular el primero para Leonardo tuvo codicia y acometividad en su lidia, el segundo fue un poco más soso y el triunfo se le negó al paceño al estar fatal en la suerte suprema.
Los de origen atanasio aunque débil el primero de Mauricio tuvo la virtud de ir a más, los otros con codicia, con pujanza en particular el primero del lote de Mario Aguilar que tuvo gran actuación y se llevó una oreja de gran peso. El segundo de José fue soso.
En el de regalo José que está convertido en un gran estoqueador remmontó la cuesta para recibir una merecida oreja por la claridad de ideas y el toreo académico que realiza.
Por eso da alegría ver encierros por dar algunos ejemplos como los de Barralva y también el de San José la semana pasada en La México.
Ojala los toreros españoles y los mexicanos entiendan que ya muchos nos cansamos de la escrupulosidad que tienen para dar preferencia a las ganaderías de México que prefieren al toro light en sus dehesas y no se abren a torear toros de ganaderías inclinadas a la fijeza y a la emotividad con el equilibrio de un toro adulto, que es la eterna característica positiva del toro que llamamos bravo y con trapío.
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