“Regala un toro no te hagas p…” fue el grito estentóreo que surgió de la garganta del Negro Aranda de la Porra de Sol el 12 de enero de 1992, para Pedro Gutiérrez Moya EL Niño de la Capea que actuó esa tarde con Mariano Ramos y Jorge Gutiérrez en la Plaza México, transcurría el sexto astado de la tarde y el público aplaudió la ocurrencia del Negro. Jorge Gutiérrez toreaba a Orejitas de San Martín y su premio fue de dos orejas. Pedro salió al tercio para avisar que regalaba al séptimo, después del ocurrente grito.
En el aniversario número 49 de la inauguración de la Plaza México el 5 de febrero de 1995, el ídolo de la afición mexicana se despidió de los toros en una tarde cumbre y gloriosa, pocas veces se ha visto en la México la cantidad de pañuelos pidiendo los máximo trofeos para el torero y los gritos ensordecedores de ¡Torero, torero! Piropo de José Garfias, fue el toro propicio para la locura colectiva de un público entregado a un torero que siempre fue recíproco.
Hoy dedicado a ganadero y a ser un gran amigo, cumplió años de recibir la alternativa lo cual celebramos y le deseamos una larga vida a quién con su profesionalismo y carisma, ostenta el incuestionable titulo de figura del Toreo. De ello, muy contados pueden ufanarse en su larga historia: Albricias y enhorabuena a un torero inmortal y una persona extraordinaria.